Publicado el 04/04/2018
Cada día más de 100.000 equipos sufren un ciberataque en nuestro país, según cifras del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Pero eso no es todo: la consultora Gartner estima que el cibercrimen es un negocio que generará solo este año más de 79.000 millones de euros. Además, ya hay estudios que lo definen como la mayor actividad delictiva de la historia, incluso superando al narcotráfico, la corrupción o el terrorismo, por el número de víctimas afectadas.
Las cifras demuestran que la magnitud del problema no deja de crecer. Aunque muchos piensan que solo las grandes compañías pueden verse afectadas, algunos informes realizados por Kaspersky Lab y Avast, compañías creadoras de los antivirus más usados en el mundo, afirman que 7 de cada 10 ciberataques se dirigen a pequeñas empresas, de las que el 60% desaparece seis meses después. No hay duda, ninguna empresa está libre de sufrir un ciberataque. Sin embargo, muchas aún no podrían gestionarlos con éxito. De hecho, solo el 38% de las organizaciones afirma que está preparada para afrontar un ataque sofisticado, según un informe de ISACA International.
Estos ciberataques no solo afectan a la economía de la empresa, sino también al prestigio de las compañías. Hay casos de firmas que no lo han denunciado por temor a perder la confianza de sus clientes si estos descubren que sus datos se han visto expuestos. Ante este panorama, desde IMF Business School afirman que una buena estrategia para luchar contra el cibercrimen va desde la protección y la detección temprana hasta la actuación inmediata.
Algunos de los trucos más comunes para proteger nuestros equipos son: la actualización constante para evitar vulnerabilidades del sistema, la utilización de contraseñas con minúsculas, mayúsculas, números y símbolos, la realización de copias de seguridad de forma periódica que nos permitan restaurar los datos perdidos fácilmente o la contratación de ‘hackers éticos’, profesionales especializados que identifican vulnerabilidades, verifican procedimientos de seguridad y resisten ataques de terceros. Por ello, la escuela asegura que la mejor prevención radica en la formación.
Empleados formados
La mayoría de las veces los ataques no solo van dirigidos a las empresas, sino también a los empleados a través de e-mails infectados para conseguir sus claves de acceso, robar datos y pedir un rescate. Por ello, la formación de los empleados es clave para reducir el número de ataques registrados.
Para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, “el mundo empresarial está empezando a ser consciente de la magnitud de las consecuencias de sufrir un ciberataque. Por este motivo, perciben la formación en ciberseguridad como una inversión y no como un gasto. No sabemos cuándo nos puede pasar a nosotros, por eso, debemos estar formados y preparados porque esa es nuestra única defensa”.
COMENTARIOS
No hay comentarios de clientes por ahora.