Publicado el 01/08/2018
Los teléfonos inteligentes se han convertido, para muchos, en una herramienta imprescindible. De hecho, la penetración de este tipo de dispositivos es cada vez mayor en todos los países, incluyendo España, donde se calcula que más del 80% de la población los utiliza.
Un informe de Greenpeace, recoge que el pasado año se fabricaron más de 7 mil millones de teléfonos inteligentes en todo el mundo. Y, según estimaciones publicadas por Strategyc Analitics, el 78% de los smarpthones vendidos en 2017 fue a clientes que querían reemplazar sus dispositivos.
Desde la startup Certideal advierten de que "este tipo de consumo de reemplazo de teléfonos inteligentes supone un problema para el medio ambiente. No hay que olvidar que producir un dispositivo de este tipo conlleva gasto de recursos naturales. A la vez, que incluyen materiales que contaminan por sí mismos tras su vida útil".
Elementos más comunes en la producción de smartphones
Según el informe de Greenpeace, de entre los elementos más comunes que se utilizan en la fabricación de smartphones, los tres materiales que más se consumieron en 2017 fueron el aluminio, el cobre y el cobalto.
El uso más habitual que se le da al aluminio es utilizarlo para la carcasa de los dispositivos. De media, para cada teléfono inteligente se destinan 22,18 gramos, por lo que el aluminio contenido en todos los smartphones fabricados en 2017 supera las 157 mil toneladas. Desde la empresa añaden que "la bauxita, el aluminio y su cadena de suministro se relacionan con emisiones elevadas de CO2, por lo que consumir este tipo de material implica aumentar las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera".
El cobre es el segundo material que más se ha usado en la fabricación de teléfonos inteligentes. El principal destino de este material es el cable de los dispositivos. Según Greenpace, se gastan 15.12 gramos de cobre por teléfono inteligente por lo que se estima que, en los últimos diez años, se han utilizado más de 107 mil toneladas de cobre para la producción de teléfonos inteligentes.
"El uso del cobre se relaciona con riesgos de contaminación del suelo y el agua por lo que el incremento en el uso de este material supone un problema para el ecosistema que se encuentra cerca de las zonas contaminadas, afectando a la agricultura y a los animales que habitan esos lugares", explican desde la startup.
Mientras, el cobalto se usa principalmente para las baterías, que suelen necesitar unos 5.38 gramos de este material. Desde Greenpeace estiman que el cobalto contenido en todos los smartphones fabricados el año pasado supera las 38 mil toneladas. "Al igual que el cobre, el cobalto puede contaminar aguas y suelos y, además, tiene riesgos para la salud si se está expuesto a grandes concentraciones", comentan.
Una de las soluciones para hacer frente al incremento de recursos naturales que se gastan para elaborar teléfonos inteligentes y reducir el impacto ambiental es consumir dispositivos de segunda mano, como los reacondicionados. "De esta manera, se da una segunda vida a los smartphones, aumentando su utilidad y retrasando el consumo de nuevos dispositivos. Lo que permitirá reducir la necesidad de consumo de recursos naturales y los riesgos para el medio ambiente", finalizan desde Certideal.
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