Publicado el 07/01/2020
La ciencia ficción no era tan ficticia como podía parecer viendo Star Trek y muchos de los aparatos que parecían imposibles ya están al alcance de todos. Wearable technology es, literalmente, tecnología vestible o ponible, es decir, algo que puede ser desde un simple reloj de toda la vida a unas gafas de realidad virtual. Hay camisetas que controlan el calor corporal, gafas que permiten visualizar la pantalla del móvil como si la humanidad se hubiera transformado en pequeños aprendices de Terminator o diademas que miden las ondas cerebrales para ayudar a la concentración y rebajar los niveles de estrés. Pero ahora mismo, cuando se habla de wearables, lo que a todo el mundo le viene a la cabeza son los relojes inteligentes y las pulseras deportivas.
En un momento en el que, debido a los smartphones, llevar un reloj de pulsera ya era un mero adorno nostálgico, el reloj se reinventa y todo el mundo quiere hacerse con uno. Según Puntronic un 27 % de los españoles ya tiene una pulsera deportiva por un 21 % que poseen un reloj inteligente. Además, ha sido uno de los productos más demandados estas Navidades con un aumento de sus ventas con respecto al año pasado de un 20 %.
¿Y qué ha cambiado? Pues todo, salvo que también dan la hora. Los nuevos relojes wearables tienen tantas aplicaciones que el hecho de que midan el tiempo ya es lo de menos. Como pueden sincronizarse con un smartphone, cualquier aplicación sobre dieta o ejercicio puede darle al reloj indicaciones sobre el entrenamiento que seguir por el usuario o el número de calorías que ingiere y quema. Ahora, las pulseras y relojes inteligentes miden las fases del sueño, el ritmo cardiaco, cuentan los pasos, informan sobre el ciclo menstrual de las mujeres e incluso ayudan a las embarazadas a prevenir la preeclampsia. Un reloj que puede localizar a personas extraviadas o avisar a una ambulancia si detecta un paro cardíaco. Es normal que todo el mundo quiera uno.
Puntronic ha hecho un estudio sobre los wereables y estas son algunas de las conclusiones:
Su compra se concentra en los meses de noviembre (16 %) debido en gran medida al Black Friday y en diciembre (15,7 %) y enero (10,9 %) con motivo de los regalos de Navidad y Reyes, su venta vuelve a concentrarse en julio (12,4 %) mes en el que muchos españoles realizan ejercicio y actividades al aire libre.
Las pulseras representan el 61 % de los wearables vendidos frente al 39 % de los relojes deportivos. Su compra es mayoritariamente masculina (59 %) y la edad media para adquirir uno es de 25 años.
Las Comunidades Autónomas donde se registran más ventas son Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía. El precio medio gastado por cliente es de son 38 euros. El 89 % de los usuarios que lo compraron practican algún tipo de actividad deportiva.
El complemento perfecto para hacer deporte
Para los aficionados al ciclismo o al running, tener una pulsera inteligente o un smartwatch (si cuentan con opciones de compatibilidad o conexión con un smartphone) es totalmente imprescindible. Entre las distintas prestaciones que ofrecen están: conectividad 3G, localización por GPS que informa sobre la topografía y navegación giro a giro en rutas específicas, pulsómetro que monitoriza de forma continua cómo varía el ritmo cardiaco en distintos terrenos, podómetro, visualización de llamadas y mensajes, control de la música, sincronización con un smartphone para visualizar las estadísticas del rendimiento.
Para los que practican deportes acuáticos, los wearables pueden ir desde el clásico reloj sumergible a los especializados en natación en piscina o mar abierto que analizan el número y tipo de brazada y la distancia cubierta, además de controlar los parámetros fisiológicos básicos de ritmo cardiaco, presión arterial, control del sueño, alimentación, etc.
Los aficionados al buceo también cuentan con wearables que, además de la medición de los parámetros fisiológicos ya mencionados y de soportar cinco atmósferas de presión, indicarán también la profundidad y el tiempo de la inmersión, harán un análisis segundo a segundo del nivel de nitrógeno acumulado en función de la profundidad y tiempo reales para que, no solo se evite cualquier riesgo de enfermedad descompresiva al subir a superficie, sino que además se pueda alargar el tiempo de inmersión con respecto a las tablas de descompresión clásicas al entender que el buceo siempre es multinivel y avisar de las paradas que fuesen necesarias para liberar el nitrógeno acumulado.
Cuidar mejor la salud gracias a la tecnología
Nada es más importante que estar sano y los wearables ayudan a conseguirlo. Sin necesidad de ser un aficionado a deportes extremos, estos complementos inteligentes van a medir los pasos y la distancia recorrida, el tiempo de reposo, las calorías que se queman durante la actividad física, el ritmo cardíaco y la tensión arterial, las horas de sueño y cada una de sus fases para conocer si se hace un descanso efectivo, la alimentación, e incluso pueden sincronizarse con ciertas básculas para llevar un control del peso.
Sobra decir lo útil que resulta para personas mayores con problemas de memoria o demencia o para las personas con algún tipo de vulnerabilidad física o psíquica el llevar un dispositivo como estos que tienen tecnología GPS integrada.
Aunque las pulseras y los relojes inteligentes tengan un público mayoritariamente aficionado al deporte la comunidad médica ve en ellos un importante aliado para la prevención, el tratamiento y la monitorización de enfermos, al tener la capacidad de almacenar y compartir datos biomédicos de manera constante que son tremendamente valiosos para hacer mejores diagnósticos o prevenir problemas. Además, los wearables podrían suponer un aumento de la esperanza de vida media al poder monitorear la salud y hábitos de cada persona en tiempo real.
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