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Publié le 27/06/2014
Las grandes marcas no acaban de atreverse a sacar al mercado teléfonos resistentes y una de las causas, como veremos más adelante, es la complicidad de su garantía.
Marcas como MTT, CAT o Bravus fabrican telefonía resistente, dirigida a todo aquél usuario que necesita un grado mayor de protección por su especial condición o por el entorno en el que se mueve. Son aparatos robustos y sellados herméticamente o mediante aplicadores y tornillos.
Entre los grandes nombres, la marca japonesa Sony es la que más ha apostado por este tipo de teléfonos. El último en añadirse al grupo de 'elegidos' es el Xperia Z2, que cuenta con los certificados IP55 e IP58, lo que significa que resiste al polvo y está protegido con el mayor grado de resistencia frente a agua mediante un sistema de sellado hermético.
Cuanto mayor sea el número que acompaña a las siglas IP (International Protection), mejor es la protección. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S5 cuenta con el certificado IP67, no le entrará nada de polvo y se puede sumergir hasta un metro. Sin embargo, que un smartphone esté certificado para funcionar bajo condiciones agresivas como polvo, agua o golpes, no significa que lo resistan todo y que no se puedan estropear.
Hace unos meses se creó una pequeña polémica tras la presentación del Samsung Galaxy S4 Active debido a que en su garantía incluía el siguiente párrafo:
Esta Garantía no cubre: defectos o daños resultantes de accidente, mal uso, uso anormal, almacenamiento incorrecto, exposición a líquidos, humedad, suciedad, arena, polvo o estrés inusual físico, eléctrico o mecánico [...].
Y es muy llamativo puesto que el teléfono es resistente, con certificado IP67 e incluye una cámara con opción para hacer fotografías sumergibles.
Como algunos sabréis, los fabricantes incluyen en los teléfonos marcadores de humedad para, en caso de tramitar la garantía, saber si el teléfono ha sido mojado por el cliente. No obstante, en los smartphones sumergibles es imposible determinar si el teléfono tiene algún defecto o es el cliente quien ha tenido un descuido.
En estos trámites de garantías o averías, la resolución es compleja. La marca no suele aceptar la reparación en garantía y concluye que el cliente no ha cerrado bien los puertos. Esto lleva a un enfado del usuario y a una consecuente reclamación. Al final, fabricante, vendedor y cliente tienen que "pelear" por que su argumento sea el válido.
Sony por ejemplo, dice esto acerca de los marcadores:
Conforme a la norma IP5/7 e IP5X, el Xperia Z está protegido contra la entrada de polvo y es resistente al agua. Siempre y cuando todos los puertos y tapas estén perfectamente cerrados, el teléfono (i) está protegido contra chorros de agua a baja presión desde cualquier dirección conforme a la norma IP55; y/o (ii) se puede sumergir en hasta 1 metro de agua durante un máximo de 30 minutos conforme a IP57.
El teléfono no está diseñado para flotar ni trabajar sumergido en agua fuera del rango de clasificación IP55 o IP57 y no se debe exponer a ningún producto químico líquido. Si se activa la detección de líquido en el teléfono o la batería, la garantía quedará anulada.
En realidad, las reclamaciones por este tipo de averías son muy pocas. En Tienda Siglo XXI no hemos tenido más de una decena y solo dos de ellas se resolvieron negativamente para el cliente. Por tanto, aunque nada indica que tu smartphone sumergible pueda estropearse, es mejor tener cuidado. Es importante no exceder los límites marcados por los fabricantes, como el tiempo de durabilidad sumergido o la profundidad y también el líquido con el que entra en contacto. Y no es lo mismo agua que café o un refresco.
Otra opción es comprar una funda resistente, auque este tema lo trataremos otro día.
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