Publié le 07/10/2021
El 5G es considerado el gran revulsivo tecnológico que ayudará a levantar la economía y potenciar nuevos modelos de negocio más competitivos. Sin embargo, y a pesar de su gran potencial, muchos aún no perciben sus beneficios de forma tangible.
De hecho, en el sector de las telecomunicaciones existe cierto escepticismo ante la posibilidad de poder obtener rentabilidad en este ámbito de forma inmediata.
Hay varios motivos por los que las redes de quinta generación aún no han provocado esa revolución. Según Noelia Miranda, miembro del equipo del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), el 5G de España aún se encuentra “en el formato Non Stand Alone (NSA), que no es una red pura 5G porque necesita apoyarse en infraestructuras 4G y, por tanto, no permite aún aprovechar todas las ventajas del 5G”. Este formato es un estándar de transición hasta poder “implementar el conocido como ‘Stand Alone’ (SA) que permitirá disfrutar de todas las capacidades del 5G. Los operadores están preparando y adaptando todo el núcleo de red, lo que requiere de cuantiosas inversiones”, añade.
Este esfuerzo en el despliegue y creación de infraestructuras llega en un momento en el que las principales operadoras en España –Telefónica, Orange y Vodafone- han visto reducidos sus beneficios durante los últimos años por la enorme competencia del sector. A este hecho, Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES, añade que existe “la paradoja de que las empresas de telecomunicaciones, las que realizan las mayores inversiones en estas infraestructuras, no son las que están percibiendo los beneficios económicos de esa nueva actividad”. Esto se debe a que, a diferencia de las tecnologías 2G o 3G, las redes de quinta generación no parece que vayan a proporcionar una rentabilidad inmediata a los operadores.
En este sentido, Noelia Miranda afirma que “la demanda de 2G llegó con el SMS (killer application). La demanda en el 3G llegó con el smartphone y el aumento del consumo de datos”. Mientras que con el 5G “no se ve una demanda explosiva salvo en los casos de uso -nuevos modelos de negocio-. Pensamos que la implementación de casos de uso a nivel individual o empresarial podría ser uno de los detonantes de esta demanda. Mientras esta demanda no sea real y no comience a generar ingresos reales, no podemos hablar de rentabilidad”.
Estos casos de uso o proyectos piloto 5G son ejecutados por Red.es, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Empresa y están impulsados por las operadoras y las principales empresas de tecnología. DigitalES destaca que “se han puesto en marcha numerosos proyectos piloto, siendo España el país con mayor cantidad de estos proyectos” en Europa.
Un ejemplo de ello se ha podido ver recientemente en Valencia, donde a comienzos de septiembre, Orange presentó numerosas experiencias de uso 5G en sectores que van desde el turismo 4.0, la robótica para diagnóstico del cáncer o la agricultura de precisión, en la que han colaborado empresas tecnológicas como Huawei, Fivecomm o Robotnik y administraciones públicas como el Ayuntamiento de Valencia, entre otros.
Este tipo de proyectos piloto son la llave para crear nuevos modelos de negocio, nuevos servicios que permitirán a todos los ciudadanos disfrutar en su día a día de la revolución del 5G. Para ello, será necesario que desde las administraciones se apueste firmemente por la digitalización y por crear un entorno que fomente las inversiones.
Tal y como señala Miranda, el marco regulatorio “puede favorecer la rentabilidad de las cuantiosas inversiones necesarias. Todos los agentes deberían tener las mismas reglas del juego (level playing field). Por eso, insistimos en que desde la Unión Europea y a nivel nacional se eliminen las asimetrías regulatorias y fiscales existentes”.
En la misma línea se muestra Víctor Calvo-Sotelo al afirmar que “desde la asociación DigitalES trabajamos por consolidar un mejor level playing field, es decir, un entorno con reglas equitativas para todos los jugadores del mercado digital".
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